CANCER
Una enfermedad como Cáncer, al igual que el
SIDA u otros por el estilo, no puede ser encarada por un aromaterapeuta
con fines de tratar de curarla en acción solitaria, aún teniendo
la certeza de poder ayudar para mejorar la situación.
Debemos concientizarnos que en estos casos
es siempre absolutamente necesario corroborar cada acción que
proponemos con el profesional médico que tiene a su cargo el
caso. Además debemos tener un total conocimiento de los aceites
que usamos y de la persona que tratamos.
En el caso de Cáncer es muy importante saber
que ningún aceite debe usarse, si al mismo tiempo el paciente
está recibiendo quimioterapia y tampoco enseguida de haber terminado
con esas aplicaciones. Su cuerpo debe estar primeramente limpio,
ayudado por dietas adecuadas, antes de administrar esencias.
Este proceso de limpieza puede demorar meses.
Otra precaución con enfermos de Cáncer es respecto
a la administración de masajes. Bajo ningún punto de vista deben
efectuarse masajes linfáticos ya que mediante ellos podrían
moverse células infectadas, derramándolas por el cuerpo, con
el peligro de desmejorar drásticamente el cuadro de la enfermedad.
A lo sumo pueden aplicarse masajes suaves,
sin presión, llevando simplemente las esencias hacia los lugares
de entrada al organismo, a saber a las zonas donde
el sistema sanguíneo está cerca de la superficie de la piel.
Esta forma de masaje suave puede ser también
una gran ayuda para pacientes terminales para que acepten con
mayor facilidad su situación y para aliviarlos al mismo tiempo
de sus eventuales dolores físicos y emocionales.
Para ese fin se prestan especialmente los aceites
de lavanda y de ciprés.
La Lavanda ayuda además para regenerar la piel
eventualmente quemada en las zonas donde el paciente recibió
radiaciones.
Complementarios a los masajes son beneficiosos
los baños aromáticos de inmersión, y también es recomendable,
en prácticamente todos los casos, el uso de ciertas esencias
en forma de gotaterapia.
Todo eso, lo repito con énfasis, solamente
en combinación y bajo control de profesional médico.
SIDA
Lamentablemente sabemos ya prácticamente todos
de que se trata, pero quizás es importante recalcar que solamente
algunos portadores del virus HIV realmente tienen que morir
de SIDA. En muchos casos de los infectados funciona el Sistema
inmunológico lo suficientemente bien como para controlar la
situación, y para ello contamos, entre otros, con la valiosísima
ayuda de unos cuantos aceites esenciales, tales como lo descriptos
anteriormente.
Lo especial del SIDA es el hecho de que el
enfermo tiene que lidiar también muchas veces contra enfermedades
normales, las en esta caso llamadas
oportunistas, como son gripes fuertes, tuberculosis,
infecciones por hongos, psoriasis y demás enfermedades de la
piel. Eso por un lado porque el sistema inmunológico del cuerpo
está dañado y por el otro, debido a la pesada carga que significa
de por si la problemática de esta enfermedad sobre las emociones
del enfermo.
Es por esa razón que es de vital importancia
para el enfermo de SIDA de ser influenciado durante todo el
tratamiento sobre todo también por esencias de buena
onda, y entre ellos especial por la de Lavanda.
Como aceites para el trabajo directo
recuerdo otra vez sobre todo Tea Tree, Niauli y Tomillo.
También en caso de SIDA hay que saber que no
deben administrarse aceites esenciales ni durante, ni seguida
después de recibir quimioterapia, tal como puede ser p.e. en
caso que el enfermo padezca de Sarcoma de Kaposi.
Quiero recalcar que, al igual que en caso de
Cáncer, nuestra ayuda como aromaterapeutas debe desarollarse
solamente en combinación y supervisado por el médico o el hospital
que atiende habitualmente al paciente.
Como formas de administrar los aceites parecen
como más indicadas los baños de inmersión y eventualmente la
gotaterapia,
controlando previamente que los aceites usados no provoquen
reacción agresiva sobre la piel.